"Del SEÑOR es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan." (Salmo 24:1)
Dios nunca ha dejado de ser el verdadero Poseedor y Gobernante de la Tierra, y el Todopoderoso, el Gobernante Supremo de este mundo. Las fuerzas del mal dominan el Sistema Inferior del pecado y el mundo pasajero que reina sobre los corazones de los incrédulos, pero el verdadero poder siempre ha estado y siempre estará en las manos del Señor. Este mundo es un mundo caído, para el cual sin embargo hubo una providencia de redención y salvación para todos los que creen. Dios nunca ha perdido, y nunca perderá, el control absoluto de todas las cosas, quien en justicia envió a Su Hijo Unigénito para salvarnos de nuestros pecados. Y aún en medio del caos, la muerte y la destrucción que azotan el tiempo presente, Él está conduciendo el curso de la historia, en el plano universal e individual, hacia la Victoria final de la Paz y la venida visible de Su Reino Celestial de la Luz.
Dios nunca ha dejado de ser el verdadero Poseedor y Gobernante de la Tierra, y el Todopoderoso, el Gobernante Supremo de este mundo. Las fuerzas del mal dominan el Sistema Inferior del pecado y el mundo pasajero que reina sobre los corazones de los incrédulos, pero el verdadero poder siempre ha estado y siempre estará en las manos del Señor. Este mundo es un mundo caído, para el cual sin embargo hubo una providencia de redención y salvación para todos los que creen. Dios nunca ha perdido, y nunca perderá, el control absoluto de todas las cosas, quien en justicia envió a Su Hijo Unigénito para salvarnos de nuestros pecados. Y aún en medio del caos, la muerte y la destrucción que azotan el tiempo presente, Él está conduciendo el curso de la historia, en el plano universal e individual, hacia la Victoria final de la Paz y la venida visible de Su Reino Celestial de la Luz.
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