Dios no viola el libre albedrío, ni en la más mínima chispa de decisión de ningún ser sintiente. Tanto es así que permite que sus criaturas hasta lo rechacen, y elijan su propia destrucción, que es cuando desprecian la misericordia, la gracia y la salvación que él graciosamente y gratuitamente otorga a todo ser que respira. Él te da su vida, su luz y su amorosa providencia, pero es un Dios de amor y te deja libre para elegir entre aceptar o despreciar su eterno gobierno y existencia de salvación, alegría y paz. La gran derrota del Diablo ante Dios es sumariamente porque irrespeta, con gran violencia y asesinato, el derecho de pensamiento, decisión y libre albedrío sobre todos los que domina. Por tanto, Dios te da la salvación por el surgimiento de la fe, que es la expresión libre más sublime que puede existir en el corazón de una criatura. Si escuchas la Palabra de Dios y crees libremente en ella, la salvación vendrá a ti. Por tanto, busca la gracia de poder escuchar su bendita Palabra, y si es necesario, escucha un poco más, hasta que la luz del entendimiento de la fe surja espontáneamente en tu corazón. Él no se dará por vencido contigo, sigue buscando la luz de la verdad, en Jesucristo, hasta que sientas la apertura de los ojos del espíritu, la presencia y la paz del Salvador. Entonces sabréis que la Luz del Eterno Dios os ha alcanzado, y ya se habrá generado en vuestro corazón la semilla de la salvación. Y entonces tú, renacido en el espíritu, nacido de Dios, tendrás un corazón nuevo y podrás empezar a caminar por el camino de la fe en una nueva vida y nueva dimensión de existencia llena de las gloriosas maravillas y presencia del Señor, creciendo cada día, con perseverancia, para alcanzar, mediante la paciencia y la persistente permanencia en la luz, la prueba final de fe que probará en usted la existencia manifiesta de vida eterna y te dará entrada al Futuro Reino Superexistencial de los Cielos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario