"Entonces se llegaron a él los fariseos, tentándolo, y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Y él respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, macho y hembra los hizo? Y dijo: Por tanto, el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y serán dos en una carne. Así que, no son ya más dos, sino una carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre." (Mateo 19:3-6)
Tenga en cuenta este pasaje. Jesús confirmó explícitamente la santidad del matrimonio y la familia. La generación actual trata la unión entre el hombre y la mujer en dimensiones totalmente animales y desechables. Si hubiera una comprensión de la seriedad y sublimidad que Dios le dio a esta sagrada institución, no habría tantos desastres y desórdenes sociales como los que vemos hoy. La familia es el fundamento de la sociedad, inexorablemente, y ordenada por Dios tanto como el gobierno civil. La verdadera columna vertebral que permite y sustenta la verdadera sociedad universal de todas las naciones de la Tierra. El sueño de ciertas corrientes ideológicas perversas, de formar una sociedad anárquica, privada de la primordialidad de la familia, es el comienzo del desmoronamiento definitivo de la civilización. Dios ordenó a la familia, y la ordenó como una institución sagrada y primordial. La Biblia dice que Dios mismo es el promotor de la unión matrimonial, y que una vez establecida, nunca se debe deshacer hasta el final, pues allí comenzó a existir una familia, una célula de comunicación entre el Cielo y la Tierra, y esto es realmente serio. El divorcio, la prostitución, la infidelidad, el adulterio y la sodomía son todos pecados inmundos totalmente aborrecidos por Dios. La acción del mal por todos los medios posibles para destruir la santidad de la familia está siendo muy grande en estos días, pero para aquellos que deciden ser Fieles a Dios, las Promesas Inmutables de Su Palabra continúan ejerciendo poder para salvar, guiar y dar un verdadero sentido a la existencia de aquellos que creen en Su Nombre. Muchas familias ya han sido destruidas por la falta de Fe en la Integridad y Poder de Dios, pero un nuevo comienzo siempre es posible para aquellos que se doblan en arrepentimiento, creen y deciden obedecer el Evangelio de Salvación del Reino del Eterno Padre, lo cual puede conducirte perfectamente a la victoria en todas las áreas de tu caminar en la fe. Cree en la Palabra de Dios y en su Poder, y no desistas del proyecto santísimo que Él te ha dado, porque la vida de todo cristiano será siempre un gran campo de batalla en todos los ámbitos de la vida, pero también un verdadero memorial de testimonios, glorias y victorias de Dios, mediante la paciencia y la perseverancia en sus caminos. Él nos ha dado la promesa de Su constante presencia, protección y providencia en cada paso de nuestro camino, hasta la victoria final en la Lucha de la Fe, si tan solo en nosotros hay un voto de fe en Su Inmutable Integridad y obediencia a Sus mandamientos en el santo Temor del Libertador Omnipotente.
Tenga en cuenta este pasaje. Jesús confirmó explícitamente la santidad del matrimonio y la familia. La generación actual trata la unión entre el hombre y la mujer en dimensiones totalmente animales y desechables. Si hubiera una comprensión de la seriedad y sublimidad que Dios le dio a esta sagrada institución, no habría tantos desastres y desórdenes sociales como los que vemos hoy. La familia es el fundamento de la sociedad, inexorablemente, y ordenada por Dios tanto como el gobierno civil. La verdadera columna vertebral que permite y sustenta la verdadera sociedad universal de todas las naciones de la Tierra. El sueño de ciertas corrientes ideológicas perversas, de formar una sociedad anárquica, privada de la primordialidad de la familia, es el comienzo del desmoronamiento definitivo de la civilización. Dios ordenó a la familia, y la ordenó como una institución sagrada y primordial. La Biblia dice que Dios mismo es el promotor de la unión matrimonial, y que una vez establecida, nunca se debe deshacer hasta el final, pues allí comenzó a existir una familia, una célula de comunicación entre el Cielo y la Tierra, y esto es realmente serio. El divorcio, la prostitución, la infidelidad, el adulterio y la sodomía son todos pecados inmundos totalmente aborrecidos por Dios. La acción del mal por todos los medios posibles para destruir la santidad de la familia está siendo muy grande en estos días, pero para aquellos que deciden ser Fieles a Dios, las Promesas Inmutables de Su Palabra continúan ejerciendo poder para salvar, guiar y dar un verdadero sentido a la existencia de aquellos que creen en Su Nombre. Muchas familias ya han sido destruidas por la falta de Fe en la Integridad y Poder de Dios, pero un nuevo comienzo siempre es posible para aquellos que se doblan en arrepentimiento, creen y deciden obedecer el Evangelio de Salvación del Reino del Eterno Padre, lo cual puede conducirte perfectamente a la victoria en todas las áreas de tu caminar en la fe. Cree en la Palabra de Dios y en su Poder, y no desistas del proyecto santísimo que Él te ha dado, porque la vida de todo cristiano será siempre un gran campo de batalla en todos los ámbitos de la vida, pero también un verdadero memorial de testimonios, glorias y victorias de Dios, mediante la paciencia y la perseverancia en sus caminos. Él nos ha dado la promesa de Su constante presencia, protección y providencia en cada paso de nuestro camino, hasta la victoria final en la Lucha de la Fe, si tan solo en nosotros hay un voto de fe en Su Inmutable Integridad y obediencia a Sus mandamientos en el santo Temor del Libertador Omnipotente.
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