"Porque la caridad del Cristo nos constriñe, porque juzgamos así: Que si uno fue muerto por todos, luego todos son muertos; así mismo el Cristo murió por todos, para que también los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos." (2 Corintios 5:14,15)
Si sirves a Dios y estás en el camino de la fe, necesito darte una noticia: el Ego del ser humano, el dios de sí mismo, es un demonio que está instalado en la psique humana desde el nacimiento, y necesita ser expulsado y destruido! Este será un proceso de obra del Espíritu Santo que requiere paciencia, perseverancia en la lucha de la fe y tiempo. Es uno de los procesos fundamentales en el desarrollo de la Vida Nueva que Dios hace nacer en vosotros por medio de Cristo. Es la crucifixión del viejo hombre y el despojo de la vieja naturaleza pecaminosa que todos hemos heredado de nuestros padres desde Adán. No estoy diciendo que nunca volverás a pecar mientras estés en la Tierra. Es un proceso doloroso, pero bajo la operación del poder, la gracia y la protección de Dios. La salvación debe obrarse en la vida del cristiano, y este es uno de los procesos que tiene que superar, morir respecto de sí mismo para pasar a vivir para Dios, que es donde se encuentra la vida en abundancia prometida por Cristo. Por eso el Señor nos dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". (Lucas 9:23) y también, "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará". (Verso 24) Esto es parte del proceso de renacimiento que Dios obra en la vida del cristiano, porque en él se generó una vida nueva, eterna y de simiente incorruptible. Será la lucha de la Vida Nueva contra la Vida Vieja, del Espíritu contra la carne. Pero tienes la Firme Promesa de que si permaneces fiel, serás hecho más que vencedor. Y esta vida nueva, sobrenatural y que tiene participación en la naturaleza misma de Dios, necesita desarrollarse y progresar para comenzar a tomar toda la plenitud de la existencia de quien la recibe, para que la presencia de Dios venga a tomar y llenar enteramente con la vida divina, la totalidad interior y exterior de quien ha sido transformado por la fe ejercida en la Palabra de Verdad. Peleando la Buena Batalla de la Fe en la Promesa de la Victoria ya desde el tiempo presente, y sosteniendo la Esperanza de la Vida Eterna, que es de la regeneración y renacimiento espiritual que se genera desde el presente al futura incorruptible resurrección corporal a la entrada permanente y triunfante en el Reino de Dios.
Si sirves a Dios y estás en el camino de la fe, necesito darte una noticia: el Ego del ser humano, el dios de sí mismo, es un demonio que está instalado en la psique humana desde el nacimiento, y necesita ser expulsado y destruido! Este será un proceso de obra del Espíritu Santo que requiere paciencia, perseverancia en la lucha de la fe y tiempo. Es uno de los procesos fundamentales en el desarrollo de la Vida Nueva que Dios hace nacer en vosotros por medio de Cristo. Es la crucifixión del viejo hombre y el despojo de la vieja naturaleza pecaminosa que todos hemos heredado de nuestros padres desde Adán. No estoy diciendo que nunca volverás a pecar mientras estés en la Tierra. Es un proceso doloroso, pero bajo la operación del poder, la gracia y la protección de Dios. La salvación debe obrarse en la vida del cristiano, y este es uno de los procesos que tiene que superar, morir respecto de sí mismo para pasar a vivir para Dios, que es donde se encuentra la vida en abundancia prometida por Cristo. Por eso el Señor nos dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". (Lucas 9:23) y también, "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará". (Verso 24) Esto es parte del proceso de renacimiento que Dios obra en la vida del cristiano, porque en él se generó una vida nueva, eterna y de simiente incorruptible. Será la lucha de la Vida Nueva contra la Vida Vieja, del Espíritu contra la carne. Pero tienes la Firme Promesa de que si permaneces fiel, serás hecho más que vencedor. Y esta vida nueva, sobrenatural y que tiene participación en la naturaleza misma de Dios, necesita desarrollarse y progresar para comenzar a tomar toda la plenitud de la existencia de quien la recibe, para que la presencia de Dios venga a tomar y llenar enteramente con la vida divina, la totalidad interior y exterior de quien ha sido transformado por la fe ejercida en la Palabra de Verdad. Peleando la Buena Batalla de la Fe en la Promesa de la Victoria ya desde el tiempo presente, y sosteniendo la Esperanza de la Vida Eterna, que es de la regeneración y renacimiento espiritual que se genera desde el presente al futura incorruptible resurrección corporal a la entrada permanente y triunfante en el Reino de Dios.
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