"He aquí que no es acortada la mano del SEÑOR para salvar, ni es agravado su oído para oír;" (Isaías 59:1)
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jeremias 29:11)
El Señor es un Dios de justicia, que experimenta y prueba a los justos, para que se revele su Verdad y su Justicia, y su Gloria brille en la vida de todos los que le temen. Pero el Señor es un Dios de Prosperidad, Abundancia y Paz. Sabed que en todo el proceso de Fe en que Dios os está tratando y formando, el fin que Él desea para todos Sus hijos es siempre la Prosperidad, la Vida y la Paz. El Señor es Sabio, y Él conoce el camino al Bien Supremo para todos los que esperan en Él. Como dice la escritura: Dad gracias en todo (1 Tesalonicenses 5:18). Uno de los grandes secretos de la victoria en la vida del creyente es la sumisión a la voluntad de Dios. Da gracias, nunca te quejes, nunca blasfemes ni culpes a los demás. Confía en la Palabra de Dios y sus promesas infalibles. Confía en el carácter íntegro e inmutable del Señor. Deje que el tiempo de curación y liberación funcione. Tu alma está siendo educada para vivir en dimensiones superiores. Soportar las aflicciones por causa de la justicia y de la verdad agrada a Dios, no porque quiera hacerlos sufrir, sino para que su Soberano Poder de Salvación y su Gloria resplandezcan sobre los que le pertenecen por la Confirmación de su Eterna Verdad. Confiesa la victoria de Dios, confiesa la victoria de Jesús que en el plan de la eternidad ya se ha consumado para siempre, en la cruz, sobre todos los poderes de las tinieblas. Y tú eres partícipe de esta victoria, que fue para todos los que creen y se someten a Dios. Los sufrimientos de los justos son semillas para la manifestación del Poder y la Gloria de Dios. Si ejerces Sumisión, Obediencia y Paciencia en la Fe, las Promesas de Dios comenzarán a llegar a tu vida de una manera tan grande y tremenda, que el Nombre del Señor será exaltado a través de ti y todos sabrán que Él es Dios, Fiel y Verdadero, y que no hay quien pueda salvar sino el Señor. Si permanecéis fieles durante las Pruebas de Fe que tienen que superar todos los Elegidos de la Salvación, el fin que Él tiene para vosotros será indefectiblemente y siempre de prosperidad, de vida y de paz, no primero de riquezas terrenales, sino de prosperidad espiritual y verdadera, realización, plenitud y liberación interior, la apertura de los ojos del corazón a las dimensiones celestiales y entrada al Reino Interno de Dios, que nada ni nadie en el mundo puede comprar, y que son en un sentido mucho más elevado, libertad y paz verdadera, existencia en poder y salvación del alma, que recibes desde este día y que durará para siempre, y que nada tiene que ver con las riquezas y placeres temporales que ofrece este mundo.
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." (Jeremias 29:11)
El Señor es un Dios de justicia, que experimenta y prueba a los justos, para que se revele su Verdad y su Justicia, y su Gloria brille en la vida de todos los que le temen. Pero el Señor es un Dios de Prosperidad, Abundancia y Paz. Sabed que en todo el proceso de Fe en que Dios os está tratando y formando, el fin que Él desea para todos Sus hijos es siempre la Prosperidad, la Vida y la Paz. El Señor es Sabio, y Él conoce el camino al Bien Supremo para todos los que esperan en Él. Como dice la escritura: Dad gracias en todo (1 Tesalonicenses 5:18). Uno de los grandes secretos de la victoria en la vida del creyente es la sumisión a la voluntad de Dios. Da gracias, nunca te quejes, nunca blasfemes ni culpes a los demás. Confía en la Palabra de Dios y sus promesas infalibles. Confía en el carácter íntegro e inmutable del Señor. Deje que el tiempo de curación y liberación funcione. Tu alma está siendo educada para vivir en dimensiones superiores. Soportar las aflicciones por causa de la justicia y de la verdad agrada a Dios, no porque quiera hacerlos sufrir, sino para que su Soberano Poder de Salvación y su Gloria resplandezcan sobre los que le pertenecen por la Confirmación de su Eterna Verdad. Confiesa la victoria de Dios, confiesa la victoria de Jesús que en el plan de la eternidad ya se ha consumado para siempre, en la cruz, sobre todos los poderes de las tinieblas. Y tú eres partícipe de esta victoria, que fue para todos los que creen y se someten a Dios. Los sufrimientos de los justos son semillas para la manifestación del Poder y la Gloria de Dios. Si ejerces Sumisión, Obediencia y Paciencia en la Fe, las Promesas de Dios comenzarán a llegar a tu vida de una manera tan grande y tremenda, que el Nombre del Señor será exaltado a través de ti y todos sabrán que Él es Dios, Fiel y Verdadero, y que no hay quien pueda salvar sino el Señor. Si permanecéis fieles durante las Pruebas de Fe que tienen que superar todos los Elegidos de la Salvación, el fin que Él tiene para vosotros será indefectiblemente y siempre de prosperidad, de vida y de paz, no primero de riquezas terrenales, sino de prosperidad espiritual y verdadera, realización, plenitud y liberación interior, la apertura de los ojos del corazón a las dimensiones celestiales y entrada al Reino Interno de Dios, que nada ni nadie en el mundo puede comprar, y que son en un sentido mucho más elevado, libertad y paz verdadera, existencia en poder y salvación del alma, que recibes desde este día y que durará para siempre, y que nada tiene que ver con las riquezas y placeres temporales que ofrece este mundo.
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