“Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8)
Amados hermanos, con Dios no hay acepción de personas. No todos reciben el Mensaje de Luz, y no todos se salvarán. Pero la Salvación ha sido ganada para todos, incluso para aquellos que la rechazarán. Oren por todas las personas. Orad por el médico, el abogado, el juez, el comerciante, el empresario, el panadero, el carpintero, el albañil, el maestro, el universitario, el rico, el pobre, el mendigo, los que tienen autoridad, los que buscan asilo, por los niños de la calle, por los hospitalizados, por los presos, por los marginados sin esperanza, por la prostituta, por los adictos, por los que se engañan practicando el ocultismo, y por todos aquellos que siendo ciegos odian el Camino de la Salvación. No significa que estarás en connivencia con el mal, o aprobarás el pecado y las obras infructuosas de las tinieblas. La Biblia dice que todos pecaron, y por lo tanto están destituidos de la gloria de Dios. Si tú y yo, como todos los demás, fuimos una vez pecadores depravados, y aún hoy estamos susceptible de cometer pecado, entonces, ¿por qué tomaríamos el mazo del juez en nuestras manos para condenar a todos aquellos que ni siquiera han escuchado la Buena Nueva de la Salvación, esos ¿Por quienes Jesús, el Hijo de Dios, una vez derramó su sangre y murió para salvarlos? Si fuiste salvo y recibiste la Gracia de la Salvación, ora por todas las personas y sé un instrumento para predicar el Evangelio a tantos como sea posible. Oren por su compañero de trabajo, oren por sus compañeros de escuela, oren por su prójimo, oren por sus amigos y por todos los que están lejos. Esa persona que te odia y te sigue tirando piedras no sabe lo que hace y también necesita conocer el Poder de Dios para salvarlo. Muchas personas que están en tinieblas se convierten cuando alguien sencilla y humildemente les anuncia que Dios los ama y que Jesús un día sufrió el juicio por los pecados del mundo en la cruz, en lugar de ellos, y dio su vida para salvarlos y que por esto hay perdón y salvación para ella. Predicad el Reino de Dios, anunciad que Jesús vino al mundo, venció el pecado, venció la muerte, venció todo poder de las tinieblas, nos liberó en Su Sacrificio en la Cruz y resucitó para que por Él tuviéramos Vida Eterna. Procura ponerte a disposición de Dios, prepárate conociendo Su Palabra, adquiriendo y viviendo el Testimonio de Su Poder en tu propia vida para que puedas predicar el Mensaje de Salvación. Nunca podremos aprobar el pecado y las malas obras que practica el mundo, pero tampoco podemos negarles el derecho a conocer el Reino de Dios, Su Amor y Su Evangelio de Paz. Jesús puede salvar a cualquiera que esté dispuesto y vuelva su mirada a Dios aunque sea por un segundo de su vida, dando oído al Mensaje de Su Gloriosa Palabra de Salvación.
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