"Y el que me ha visto a mí, ha visto al que me envió". (Juan 12:45)
Puede parecer espléndido, pero Dios mismo ya ha sido visto por los hombres, a través de Jesucristo, su Hijo.
"Jesús le dijo: Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿y tú cómo dices: Muéstranos al Padre?" (Juan 14:9)
Muchos podrán quejarse de que Dios nunca se dejó ver, pero la verdad es que se hizo hombre como nosotros, en carne y hueso, en la persona de Jesucristo, y se dejó ver, oír y tocar por muchos.
El que nos creó nos ama, se hizo como uno de nosotros, vivió entre nosotros y dio su vida para salvarnos.
"Yo y el Padre uno somos". (Juan 10:30)
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